Nació el hijo de Pilar y de José
Arcadio: Arcadio. Pilar Ternera se lo hace conocer a
Úrsula y desde ese momento el niño se va a
vivir a su casa aunque no fue acogido con mucho gusto.
Arcadio quedó al cuidado de Visitación, una
india que
llegó con su hermano huyendo de la peste de insomnio
que azotó su pueblo. Amaranta y Arcadio aprendieron
primero el dialecto de los indios, que ya eran como de
la
familia, que el español.Con los extranjeros llega el progreso a Macondo.
José Arcadio Buendía tuvo tanto qué
hacer que volvió a ser el hombre
activo que era antes, se encargó de toda la
organización del pueblo designando tierras a los
recién llegados y poniendo orden a todo. Todo el
pueblo estaba en estado de
agitación y siempre había muchas cosas
qué hacer.Aureliano retoma el gusto por la alquimia y se queda
ajeno a todo. Ni siquiera notó la llegada de Rebeca,
una supuesta prima en segundo grado de Úrsula que
llegó un día con una bolsa con los huesos de sus
padres. La niña era muy seria y nunca hablaba,
sólo comía tierra y
cal de las paredes, además nunca dormía. Al
principio a nadie le pareció raro que ya no tuvieran
sueño ni estuvieran cansados ya que siempre
había algo para hacer. Al paso del tiempo ya
la gente empieza a notar que el insomnio no era normal y
Visitación les advierte que es la peste del insomnio
de la cuál había escapado en su pueblo. Los
habitantes de Macondo no lo toman como algo grave y en
cambio
buscan maneras de entretenerse, como juegos y
pláticas interminables.La peste del insomnio no era tan inofensiva como
parecía y de pronto hizo que todas las personas
empezaran a olvidar. Primero fueron las cosas básicas,
como los nombres de las cosas, y lo intentaron remediar
poniendo letreros en cada cosa, pero después se les
empezó a olvidar para qué servían esas
cosas, hasta que olvidaron quienes eran y sus
responsabilidades.Un día los Buendía recibieron una
sorpresa. Melquíades había regresado de
la muerte
porque no soportaba estar solo y con él trajo una
pócima que fue la cura para el insomnio del pueblo.
Como José Arcadio Buendía lo apreciaba mucho lo
invitó a vivir en su casa, y ahí se
quedaría para siempre, como parte de la familia.Aureliano era muy dedicado a su trabajo.
Como había estado mucho tiempo en el laboratorio conocía muy bien
cómo manejar los metales, lo
que le ganó una fama en los alrededores de orfebre,
ganando cada vez más dinero.
Fue cuando llegó Francisco el Hombre,
cantando las noticias,
cuando Aureliano fue a la carpa de Catarino a escucharlo y se
encontró con una mujer,
pero no pasó nada por lo que él se
frustró y se resignó a vivir sin mujer y a
dedicarse a su trabajo.Úrsula al ver que la casa se llenaba de gente
dispuso una remodelación total, haciéndola la
más bella de Macondo. Para esos tiempos llegó
un corregidor al pueblo, mandado por el gobierno,
junto con su familia, lo que no les gustó a nadie por
considerarse un pueblo que se regía
sólo.- Capítulo
III - Capítulo IV
- Captítulo
V - Capítulo VI
En Macondo recibieron la noticia de que la guerra
había acabado. Al principio la familia lo
acogió con alegría, pero fue pronto sustituida
por la incertidumbre sobre qué le había
sucedido a Aureliano Buendía. Fue cuando recibieron
noticias de que había sido capturado y sería
fusilado en Macondo, que esa incertidumbre se
convirtió por un momento en esperanza.Cuando Úrsula fue a visitarlo al cuartel en
donde lo tenían preso encontró a su hijo
totalmente cambiado. Aureliano Buendía estaba
conciente de su muerte y
se sentía más sólo que nunca. Buscaba en
todos lados la posible manera en que la muerte se
anunciaría, sin embargo, los días pasaban y
pasaban, y su voluntad de ser ejecutado en Macondo no
parecía tener una fecha, por lo menos cercana, para
ser cumplida.Lo que Aureliano no sabía era que
había una especie de mito
circulando en el pueblo. Se decía que el que se
atreviera a matar a Aureliano Buendía moriría
también, así como el pelotón que lo
fusilara, por lo que nadie quería cargar con ese peso.
A final de cuentas no
lo ejecutaron porque ya estando en la pared de fusilamiento
su hermano, José Arcadio, lo rescató en el
último momento y provocando que todos los soldados que
estaban ahí se dispersaran.Los mismos soldados que lo iban a ejecutar, junto
con los generales, se presentaron tiempo después a la
disposición de Aureliano Buendía. Todos ellos
juntos emprendieron un viaje de vuelta a la guerra en busca
de otro general, Victorio Medina, que se encontraba
también condenado a muerte en algún lugar del
país. Los mismos rumores de antes, sobre la muerte y
vida de Aureliano, comenzaron a circular de nuevo.Ya la familia había crecido mucho. Cuando
murió Arcadio, Úrsula se llevo a Santa
Sofía de la Piedad a vivir a la casa junto con sus
hijos: Remedios, la bella, y los gemelos José Arcadio
II y Aureliano II. Amaranta se hizo cargo de cuidarlos a
todos. Nadie recordaba, o no querían recordar, a
Rebeca y José Aureliano, que se habían ido a
vivir a la casa que era de Arcadio, sólo los
veían de lejos todos los días, muy felices al
parecer.Un día sin esperarlo, José Arcadio es
asesinado en su casa. La noticia de su muerte llegó
hasta Úrsula llevada por un hilo de sangre que
penetró hasta la cocina. Rebeca estaba tan triste y
totalmente inconsolable que decidió encerrarse en su
casa y en su sufrimiento y no salir nunca más. Nadie
supo nunca quién lo había matado, ni
encontraron alguna herida ni arma, lo único que
prevaleció fue un penetrante olor a pólvora que
quedó en el cadáver y en el cementerio para
siempre.Aureliano estaba en una lucha que no consideraba
propia. Se había dado cuenta, poco a poco de que no
luchaba por el partido liberal sino por orgullo y por
encontrar algo que ni él sabía qué era,
su mano derecha Gerineldo Márquez pasaba tiempo en la
casa, con un amor
secreto por Amaranta. Murió José Arcadio
Buendía, ese día llovieron flores en
Macondo. - Capítulo
VII - Capítulo VIII
Ya con toda la familia viviendo en la misma casa,
muchas cosas empezaron a suceder. Aureliano José
empieza a ver en Amaranta algo más que a una
tía y la busca como mujer. Al principio ella lo
permitió y lo vio como algo inocente pero con el paso
del tiempo pensó que y había sido suficiente y
lo empezó a alejar.Mientras tanto Aureliano Buendía estaba
todavía tratando de reconstruir el antiguo partido
liberal, aunque era casi imposible porque cada vez
había menos gente dispuesta a seguir una causa
perdida. Fue para estos mismos tiempos que Macondo se
convierte en municipio y se creó un ambiente
de confianza que por poco hace que todos se olviden de la
guerra, se abrieron teatros y se reinstauró la
escuela.Aureliano José estaba totalmente despechado
por lo que decidió irse con su padre a la batalla.
Esta situación no duró mucho porque un
día regreso porque no podía estar lejos de
Amaranta pero al verla igual de firme que antes
decidió consolarse en los brazos de otras mujeres. Al
enterarse de que era hijo de Pilar, Aureliano José la
busca y juntos comparten su soledad, ese día muere
asesinado, como lo había visto su madre en las
cartas.La economía de la familia Buendía
empezaba a prosperar otra vez. Con el negocio de dulces de
Úrsula la casa volvió a ser la de antes, hasta
que llegaron los diecisiete hijos de Aureliano para buscar a
su padre, presentarse con todos y para ser bautizados. Todo
se anotó en una libreta para sentar registro de
los nombres y direcciones de los niños y de sus madres.El gobierno federal anunciaba que la guerra
había terminado y que habían recuperado el
control
del país, sin embargo las noticias de nuevos y
constantes levantamientos armados no permitían que la
gente estuviera tranquila. Aureliano Buendía
Regresó a Macondo, ajeno como siempre, malo como
nunca. No permitía que la gente se le acercara a menos
de tres metros, ni siquiera su propia madre, por lo que
hacía dibujar un círculo en el piso al que
nadie debía entrar.Aureliano Buendía estaba siempre en estado de
alerta, no descansaba ni un momento. Llegó al pueblo
haciendo "justicia"
y tratando de eliminar todo lo que pudiera estar en contra de
sus intereses, entre ellos a su alguna vez amigo y rival de
ideologías el general José Raquel Moncada. A
pesar de los reclamos de Úrsula y de todas las madres
del pueblo, esa noche, en consejo de guerra, el general
Moncada fue condenado a muerte.Aureliano Buendía y el general Moncada
tuvieron una última conversación. Hasta ese
momento no se había visto con el corazón pero al hacerlo se dieron
cuenta de cuánto habían envejecido. El General
Moncada le dio a Aureliano sus pertenencias para que se las
llevara a su mujer y le dijo que lo más triste,
más aún que su muerte, era que Aureliano se
estaba convirtiendo en lo que más aborrecía: en
un militar. Aureliano se fue otra vez.Gerineldo Márquez fue el primero en sentir
los estragos de la guerra. Lo que al principio lo llenaba de
emoción y de gusto, ahora le parecía lejano e
indiferente, por lo que decidió invertir su tiempo en
Amaranta. Comía en su casa casi todos los días
y después la acompañaba a tejer en el
jardín donde platicaban de todo. La buscaba siempre
que podía y procuraba que ella no olvidara su
existencia.Cuando Aureliano Buendía regresó a
Macondo parecía aún más lejano y ajeno a
todo lo que podría beneficiar al pueblo. Se hizo cruel
con la gente y parecía poseer una intranquilidad
permanente que se apaciguaba solamente si veía y
sentía el sufrimiento de sus enemigos, por lo que
buscaba siempre con quién desquitarse. El poder que
él poseía lo estaba consumiendo lentamente por
dentro.El día en que Aureliano Buendía
sintió un frío que lo invadía hasta los
huesos supo que era momento de detenerse. Se cansó de
la guerra y lo demostraba no respondiendo a los telegramas
que le llegaban de sus oficiales, siendo indiferente ante las
noticias que le llevaban sobre las situaciones en el frente y
en general ante todo lo que pasaba a su alrededor y en el
pueblo, se refugió en él mismo.Aureliano Buendía mandó fusilar a su
amigo y mano derecha Gerineldo Márquez por supuesta
traición, siendo que lo que en realidad había
sucedido era que lo había contradicho en alguna de sus
decisiones. Úrsula le expresó a su hijo su
desacuerdo ante este hecho y le dijo que ella misma lo
mataría en el momento en que viera el cuerpo de
Márquez.Aureliano decidió no fusilarlo, pero esto
siempre dejaría en el recuerdo de Gerineldo
Márquez un amargo sabor. Aureliano ahora se dedicaba a
unir fuerzas para ponerle fin, de una vez por todas, al
conflicto
que algún día él mismo había
apoyado. Buscaba establecer acuerdos para que todos quedaran
contentos, buscando al mismo tiempo la paz y la libertad,
más que del país, la de él.Cuando estaba en su casa, Aureliano trataba de poner
orden a sus memorias.
No conseguía hilar recuerdos ni sentimientos de
ninguna índole, y todo lo que fue su vida
perecía de repente una visión borrosa de lo que
había sido. Él trataba de recordar y siempre se
preguntaba cuál hubiera sido su destino si no hubiera
decidido hacer lo que hizo, si todo hubiera sido diferente,
sin embargo, ya no albergaba ninguna esperanza.El pueblo lo veía más que como una
persona
reflexiva, como un traidor. El día en que se
firmó un tratado para poner fin a la guerra, dejando a
los liberales en desventaja, él trató de
suicidarse porque no podía con su vida ni con lo que
acababa de hacer pero no lo logró. Este hecho le
devolvió el cariño que la gente sentía
por él y lo vieron a partir de ese momento como el
mártir que prefería morir a estar en un lugar
dónde no existía la justicia. - Capítulo IX
Los gemelos Aureliano II y José Arcadio II
eran iguales en apariencia. En la escuela los
confundían y ellos jugaban a hacerles bromas a las
personas diciendo que eran el otro, siempre estaban muy
unidos. Úrsula pensaba que en alguno de sus juegos
ellos mismos se habían confundido y se habían
quedado con el nombre del otro ya que estos no
correspondían con sus personalidades.José Arcadio II era muy diferente a los otros
que habían llevado su nombre. Al principio se
interesó por las prácticas militares, hasta el
día en que vio una ejecución y se
convenció de que a los fusilados los enterraban vivos,
lo que fue su obsesión hasta el día en que
murió. Empezó a buscar al cura del pueblo, y
junto a él aprendió el catecismo e hizo su
primera comunión. Junto al párroco se
inició en las peleas de gallos y pronto
descubrió que era muy bueno en eso.Por otra parte Aureliano II empezó a
interesarse por la
ciencia, la alquimia y los manuscritos de su abuelo y de
Melquíades. Pasaba mucho tiempo en el viejo cuartito
en el que sus antepasados se habían refugiado tiempo
atrás. Un día se encontró ahí con
Melquíades y juntos se ponían a platicar por
mucho tiempo. Tiempo después empezó a tocar el
acordeón en fiestas y reuniones, por lo que
Úrsula estaba preocupada por el destino de los dos
hermanos.Aureliano II empezó a tener mucho dinero con
su negocio de animales.
Esto sucedió más por un golpe de suerte que por
esfuerzo propio ya que su ganado se reproducía de una
manera increíble, lo que él le atribuía
a su concubina Petra Cotes. Al principio los dos
vivían pobremente y sólo buscaban la manera de
estar juntos y Aureliano II quiso aprender de Aureliano
Buendía el arte de hacer
pececitos de oro para
mantener a Petra pero no lo consiguió.El dinero en la familia no faltaba, al contrario
parece que hasta sobraba. Con el negocio de los dulces,
Úrsula ganaba mucho y cuando decidía que ya no
quería más, las oportunidades seguían
apareciendo. Aureliano II, en el auge de sus negocios
hacía fiestas a diario, derrochando comida y vino, y a
las que invitaba a todo el mundo. Llenó su vida de las
más frívolas excentricidades, como tapizar la
casa con billetes y los baños con oro, a lo que su
abuela le aconsejaba que guardara para los tiempos de
escasez,
pero él no hizo caso.Remedios, la bella, había crecido y su
belleza era el secreto mejor guardado de la familia.
Úrsula trataba de evitar que los hombres la conocieran
sin embargo los que lo hicieron jamás se recuperaron.
Muchos extranjeros iban a Macondo sólo para ver a
Remedios cuya fama había rebasado los límites de la región pero ella
no aceptaba ninguno, hasta parecía que se trataba de
una persona fuera de este mundo.Remedios era una persona ajena a los
convencionalismos de la gente y no entendía ni las
más mínimas reglas, como la de usar ropa. Se
creó entonces la creencia de que los hombres que la
veían se enamoraban de ella y como si fuera una
maldición morían después. Aureliano II
conoce a la que sería su esposa, Fernanda, en el
carnaval de Macondo. - Capítulo X
Aureliano II había ido a buscar a Fernanda
hasta el lugar donde vivido guiado únicamente por
pistas y recomendaciones, ya que hasta ese momento
desconocía su nombre. Él le declara sus deseos
de casarse con ella y ella lo acepta, vuelven juntos a
Macondo. Aunque Aureliano II ya estaba casado no dejaba de
visitar a Petra incluso pasaba algunas noches en su casa, a
pesar de que intentaba controlar esa situación en
repetidas ocasiones.Fernanda del Carpio era de una ciudad lejana. En ese
lugar ella no tenía acceso a las noticias del mundo y
vivía encerrada en un mundo lúgubre y gris. Su
familia en algún momento tuvo mucho dinero pero lo
gastó todo en la
educación de su única hija en las mejores
escuelas de la ciudad con la esperanza, más bien la
determinación, de que algún día se
convertiría en reina. Su padre era lejano y no
tenía amistades cercanas, por lo que Fernanda
creció en un mundo regido por las reglas
sociales.En esa misma fiesta llegaron de nuevo los 17 hijos
de Aureliano Buendía para conocerlo. La familia los
invitó a que se quedaran en el pueblo pero sólo
uno aceptó: Aureliano Triste y nada más porque
no tenía a dónde ir. Aureliano triste se
encargó de la exitosa fábrica de hielo de
Aureliano II junto con su hermano Aureliano Centeno, que
llegó a vivir al pueblo tiempo
después.Fernanda tuvo problemas
con la familia desde que llegó. Con Amaranta se
peleó porque se burlaba de ella y hablaba siempre en
una forma en que no entendía, nunca más se
dirigieron la palabra y trataban de evitarse a toda costa.
Fernanda trató de imponer en la casa sus costumbres
muy formales que nadie obedecía y hasta su marido se
burlaba de ella diciendo que se había casado con una
hermana de la caridad.Nació su primer hijo: José Arcadio y
desde el principio Úrsula se encargó de su
crianza. Trató de inculcarle valores y
respeto y
estaba convencida de que el niño no sería como
los demás hombres de la familia, es más, que
algún día se convertiría en Papa. Tiempo
después nació su segundo hijo, una niña
que se llamó Renata Remedios, pero todos la
conocían con Meme.Aparte de alegría, el carnaval de Macondo
trajo a la familia recuerdos amargos. Con el pretexto de
aprovechar la fecha en que habría mucha gente, el
gobierno decidió hacer un jubileo en honor a Aureliano
Buendía, del cuál él no quiso saber nada
por considerarlo una gran burla e incluso una ofensa por
parte de quienes habían sido sus compañeros de
batalla alguna vez.En alguna ocasión la familia trató de
entrar en la antigua casa de Rebeca y José Arcadio
Buendía para poder ocuparla. Se llevaron una gran
sorpresa al ver que Rebeca estaba viva y trataron de
reincorporarla al mundo y de llevarla de regreso a vivir con
la familia, sin embargo ella se negó y los
corrió, se quedó en su casa solamente con una
criada que la había acompañado durante todo el
tiempo que había durado su encierro.Aureliano triste llevó a Macondo la ruta del
ferrocarril. - Capítulo XI
Con la llegada a Macondo del ferrocarril el progreso
dio un salto más cerca al pueblo. Muchas personas
llegaron llevando consigo los avances más
maravillosos, como la luz
eléctrica, el teléfono y el cine,
entre muchas otras cosas, que dieron al lugar un nuevo
aire de
juventud.
También llegaron extranjeros atraídos por los
misterios de Macondo.Entre estos extranjeros llegó uno llamado Mr.
Herbert quien fue recibido con hospitalidad por la familia.
En todas sus visitas comía con los Buendía,
hasta un día en que probó un plátano y
le pareció el mejor que había comido en toda su
vida. Tiempo después llegó con muchos aparatos
y después de hacer muchos estudios a la tierra
y al ambiente trajo consigo a muchas más personas y se
establecieron allí indefinidamente.Otros dos hijos de Aureliano Buendía,
Aureliano Serrador y Aureliano Arcaya, llegaron a vivir a
Macondo por la simple razón de que todo el mundo
estaba yendo para allá. Úrsula no dejaba que se
acercaran a Remedios, la bella, por temor a que se enamoraran
de ella y tuvieran el mismo trágico final que todos
aquellos que lo habían hecho, por lo que se fueron a
vivir a otra casa.Los forasteros que llegaban en el tren siempre
encontraban en la casa de los Buendía un buen refugio
para descansar de sus viajes.
Siempre eran bien atendidos y la casa se veía
más feliz que nunca, la familia los atendía
como a reyes y les daban de comer y beber a cuanto se
apareciera por ahí, incluso tenían que hacer
turnos para poder darse abasto con las pocas mesas y sillas
que tenían. Muchos de ellos cayeron en el hechizo de
Remedios, la bella, y por esto muchos más perdieron la
vida, reafirmando así lo que se decía de que el
hechizo de Remedios la bella no era de amor sino de muerte.
La familia optó por desatenderse de ella, ya que nunca
hacía caso ni parecía entender nada, la dejaron
libre.Pronto los extranjeros de la compañía
de plátanos empezaron a hacer su propia justicia. Se
habían establecido a las afueras de Macondo en casas
con techos blancos y demostraban unas costumbres que
escandalizaban y al mismo tiempo fascinaban a todos en el
pueblo. Ellos dictaron sus leyes y
pusieron varios policías afuera de sus terrenos y
castigaban con mano propia a los que desobedecían sus
reglas.Aureliano Buendía se proclamó contra
la situación de los extranjeros. El gobierno federal
tuvo miedo a que considerara la posibilidad de en
algún momento encabezar más movimientos
armados, por lo que mandaron matar todos sus hijos,
pudiéndolos identificar fácilmente por una cruz
que llevaban en la frente desde el miércoles de ceniza
y que nunca desapareció. Todos murieron excepto
Aureliano Amador que vivía en las montañas y
había logrado escapar antes de que lo
encontraran.Aureliano Buendía al saber de esta
situación se sintió muy enojado. Sus ansias del
pasado por la lucha revivieron y solamente buscaba la manera
de juntar dinero para lanzarse en contra de quienes
habían asesinado a sus hijos. - Capítulo XII
Úrsula ya estaba vieja. Parecía ser
que ya estorbaba por todos lados más de lo que
podía ayudar y se estaba quedando cada vez más
ciega. De una forma u otra esto no fue un impedimento para su
vida diaria al contrario, con sus otros cuatro sentidos pudo
captar y comprender muchas cosas que por algún tiempo
había pasado por alto.Úrsula se pudo dar cuenta que los
sentimientos que alguna vez había percibido en sus
hijos y en la familia no eran nada parecido a la realidad.
Aureliano Buendía, en vez de triste y desilusionado,
era una persona soberbia. Por otra parte Amaranta, que a
simple vista parecía una persona vengativa y llena de
rencor, lo único que hacía era luchar contra el
miedo de vivir.José Arcadio por fin emprendió su
viaje al seminario.
Con grandes esfuerzos y después de muchos
aplazamientos, la familia veía cumplirse su
sueño más inalcanzable. Meme había sido
enviada a una escuela para monjas donde aprendería a
tocar el clavicordio pero por su carácter alegre y despreocupado, la
familia temía que no lo lograra. Ella trataba de
darles gusto sólo para no tener sobre ella a su
madre.Aureliano II seguía haciendo fiestas que
terminaban en parrandas todos los días de la semana. A
todos en la casa los cansaba ese estilo de
vida y se lo reprochaban, por lo que él
decidió irse a vivir permanentemente a casa de Petra
Cotes, abandonando a Fernanda. Fue un día en una de
sus fiestas cuando por exceso de comida sintió la
cercanía de la muerte y decidió regresar a
morir al lado de su esposa, como lo había prometido,
sin embargo al estar fuera de peligro, regresaba una y otra
vez a casa de Petra.Fernanda estaba conciente de esta situación
pero parecía no importarle mucho. Cuando Meme
venía de vacaciones, los dos se las arreglaban para
parecer un matrimonio
feliz y brindarle los mejores recuerdos de su juventud,
aunque en realidad casi no se hablaban. Cuando estaba sola,
Fernanda se dio cuenta de que viví en una casa
habitada por sombras de las personas que parecían ya
no estar ahíTodos en la casa parecían ser ajenos a lo que
ocurría en el mundo. Aureliano Buendía nunca
abandonaba su taller, ni siquiera para comer; Amaranta por su
parte pasaba días y días tejiendo su propia
mortaja, alistándose para el día de su muerte.
José Arcadio II nunca estaba en la casa, en realidad
nadie sabía lo que pasaba en su vida.Sólo José Arcadio II podía
hablar con Aureliano Buendía. Los días en que
estaba en la casa se los pasaba hablando con él y
discutiendo los textos de Melquíades. A pesar de que
era un rostro familiar y cercan a Aureliano, ni siquiera
José Arcadio II pudo sacarlo de su rutina de hacer
pesaditos de oro y de nunca abandonar el pequeño
taller.Un día muere Aureliano Buendía. Lo
hizo en silencio apoyado en el árbol en el que en
algún tiempo viviera su padre los últimos
días de su vida. - Capítulo XIII
Meme terminó sus estudios en la escuela de
monjas y regresó a Macondo. Ella quería vivir
con su familia y encontró con sorpresa a una nueva
hermanita: Amaranta Úrsula. Por su aparente docilidad
y obediencia, Fernanda nunca le negó la oportunidad de
divertirse. Meme era feliz en el lugar que fuera, siempre y
cuando su madre no estuviera ahí y ella pudiera
reír y hacer cosas divertidas. Su padre pensó
que no le prestaba suficiente atención y decidió pasar
más tiempo con ella.La muerte de Amaranta trae nuevas precipitaciones a
la casa de los Buendía que parecía haber gozado
por mucho tiempo de una paz increíble. Amaranta
había vivido siempre aparte, atormentada por sus
propios recuerdos y privaciones, tratando siempre de huir de
ellos. Ella ya estaba lista para la muerte, años
atrás se le había aparecido y le había
dicho que moriría el día en que acabara de
tejer su mortaja, así sucedió.Úrsula, después de la tristeza por la
muerte de su hija no pudo levantarse. Solamente Santa
Sofía de la Piedad la ayudaba para que pudiera comer y
bañarse, gracias a ella se enteraba de lo que
sucedía en el pueblo y nadie sospechaba de que ya
estaba completamente ciega. Con este tiempo libre que
tenía fue cuando se dio cuenta de que Meme andaba en
algo raro y siempre actuaba de una manera
sospechosa.Lo que en realidad sucedía era que Meme se
veía a escondidas con un muchacho del pueblo. Mauricio
Babilonia trabajaba en la compañía platanera y
fue ahí donde la conoció porque él era
el mecánico de una de las amigas de Meme y en una de
sus múltiples visitas al lugar dónde
vivían los extranjeros él les sirvió de
chofer. Mauricio siempre estaba rodeado por mariposas
amarillas.Meme se enamoró perdidamente de él y
él lo sabía. Mauricio Babilonia contaba con una
altanería natural que encantaba y al mismo tiempo
molestaba mucho a Meme porque parecía que él
adivinaba sus pensamientos y siempre hacía comentarios
sobre lo que no debía. No tenía los mismos
modales que ella pero lo compensaba con una simpatía
inigualable. Casi sin darse cuenta iniciaron una
relación pero el día en que Fernanda los
descubrió dejaron de verse, pero sólo por unos
días.Con el consentimiento de Aureliano II, Meme iba al
cine sola. Ellos dos fingían que iban juntos, pero al
salir de la casa Aureliano II se iba a hacer fiestas a casa
de Petra y Meme se encontraba en el cine con Mauricio. En una
ocasión, cansada de no ser obedecida, cuando Fernanda
se da cuenta de que Mauricio está en el baño de
Meme llama a la policía. Los policías disparan
en contra de lo que según la acusación Fernanda
era un vil ladrón de gallinas.Mauricio Babilonia murió de viejo.
Había quedado paralítico a raíz de la
bala que le dispararon los policías, Meme había
sido obligada a no visitarlo. Hasta el último
día de su vida tuvo que llevar a cuestas la fama de
ser un ladrón y a las mariposas amarillas que nunca lo
dejaron sólo. - Capítulo XIV
- Capítulo
XV - Capítulo XVI
Después de que la lluvia cesó
Úrsula se sintió muy bien. Parecía que
la lluvia se había llevado también lo malo y
experimentaba muchos periodos de lucidez por lo que le estaba
costando mucho trabajo cumplir su palabra de que iba a
morirse cuando pasara la lluvia. Úrsula vio su casa
deshecha por la lluvia, todo se estaba deshaciendo y
trató de emprender una misión
de rescate. Empezó a limpiar todo pero cuando le
llegó el turno al cuarto de Melquíades
encontró ahí a José Arcadio II sucio y
más viejo que nunca.José Arcadio iba a ir de visita antes de
tomar los votos perpetuos para ser sacerdote. Por esta
razón Fernanda decidió ayudar a Úrsula a
arreglar la casa para que su hijo pudiera encontrarla
presentable. Ella tuvo que vender lo poco de valor que
le quedaba para comprar más cosas aunque de menor
calidad y
decoró el jardín con plantas de
todo tipo. Por más que lo intentó,
Úrsula no pudo convencer a Fernanda para que reabriera
las puertas de las casa.Petra Cotes había logrado conseguir algo de
dinero con el dinero
de las rifas. Con esto ella mantenía a Fernanda y a la
familia de Aureliano II, sacrificando muchas veces su propio
bienestar para que ocasionalmente Fernanda pudiera comprar un
mantel. Incluso era ella quien vestía a Santa
Sofía de la Piedad, de la que todos en la casa
parecían haberse olvidado. Poco a poco, Aureliano II y
Petra se estaban enamorando, esta vez era amor de verdad, no
sólo la pasión que experimentaban
antes.Úrsula vuelve a perder su lucidez y estaba
alucinando más que nunca. Santa Sofía de la
Piedad estaba segura de que moriría de un momento a
otro. Úrsula falleció un jueves santo, con 120
años de edad, en medio de un calor
infernal. El padre atribuía este calor a la
aparición del judío errante, una mezcla entre
macho cabrío y hembra hereje que traía
desgracias al pueblo. Nadie creía la teoría del padre hasta que lo
capturaron pero parecía más un ángel que
demonio. Lo quemaron en el centro del pueblo.Rebeca murió a fines de ese año.
Macondo se había acabado, había envejecido y
era como al principio, seco y solo. Amaranta Úrsula
parecía estar creciendo bien. La niña se
dedicaba arduamente a sus estudios y su padre, Aureliano II,
estaba feliz. Por otra parte Aureliano nunca había
visto el mundo exterior a la casa y parecía no
interesarse por eso. Inició una amistad
con José Arcadio II y de él escuchó la
verdad de la masacre y adquirió una madurez
impresionante.Aureliano II despertaba todos los días con
una especie de nudo en la garganta. Pilar Ternera lo
interpretó como un signo de brujería por lo que
mató una gallina para desaparecer el mal,
desapareciendo el dolor momentáneamente. Aureliano II
empezó a sentirse mal otra vez, se da cuenta de que se
estaba muriendo poco a poco, por lo que decide trabajar
más que nunca para poder mandar a Amaranta
Úrsula a Bruselas como se lo había
prometido.Aureliano II murió. José Arcadio II
cayó muerto también. Los enterraron
juntos. - Capítulo
XVIIAureliano pasaba mucho tiempo en el cuarto de
Melquíades. Siempre estaba leyendo o platicando con
él, que apareció poco después de la
muerte de José Arcadio II y Aureliano II. Mientras
más avanzaba Aureliano en sus estudios,
Melquíades parecía estar más y
más ausente, hasta el día en que
despareció totalmente, dejando por primera vez su
cuarto vulnerable al polvo y a las inclemencias del
tiempo.Después de la muerte de Aureliano II, Petra
Cotes seguía manteniendo a la familia, obviamente
desde el anonimato. Santa Sofía de la Piedad no paraba
de trabajar tratando de arreglar las cosas y de recuperar la
antigua casa, sin embargo la muerte de Úrsula la
había quebrantado. Tiempo después se fue para
siempre diciendo que ya no podía más con todo,
fue la primera muestra de
determinación que mostró desde que
degolló el cadáver de José Arcadio II
para asegurarse de que no lo enterraran vivo.Aureliano y Fernanda no compartían ni
siquiera la soledad. Fernanda estaba por fin tranquila, se
sentía como antes vivía en la casa de sus
padres y poco a poco fue perdiendo la noción del
tiempo. Aureliano había traducido parte de los
pergaminos de Melquíades, cosa que no habían
logrado su predecesores, pero no pudo descifrarlos por lo que
le pidió permiso a Fernanda de salir a buscar libros que
lo ayudaran, ella se lo negó.Fernanda se había hundido tanto en su soledad
que Aureliano no había sabido nada de ella hasta el
día en que la encontró muerta. Cuatro meses
después llegó José Arcadio vestido con
sus túnicas de sacerdote pero no quiso saber nada de
Aureliano. Tiempo después este se enteró de que
nunca había ido al seminario y que había
abandonado los estudios poco tiempo después de
iniciarlos y que ocultó la verdad porque pensó
que iba a recibir una gran herencia.José Arcadio también cargaba con sus
propios fantasmas.
Aún después de tantos años seguía
evocando a Amaranta y la veía como lo único
bueno que había tenido. Desde que tenía
memoria
siempre había tenido miedo a todo, a lo pasaba, a lo
que no y a lo que podía o tenía que pasar. Su
único pasatiempo era invitar niños a jugar a la
casa para poder sentir un poco de alegría. Los
niños se ocupaban de su cuidado personal pero
hicieron muchos desastres, hasta que un día ya no
volvieron.Aureliano finalmente se decidió a salir a
buscar sus libros. Un día José Arcadio
encontró el San José de yeso lleno de monedas y
mandó restaurar la casa. Esto fue hecho en vano, ya
que cada vez estaba más y más acabada, igual
que ellos. José Arcadio y Aureliano se hablaban cada
vez más y juntos lograban sobrellevar mejor su
soledad.Llegó a la casa Aureliano Amador, el
último hijo vivo de Aureliano Buendía. El joven
estaba pidiendo asilo pero como ellos no lo conocían
se lo negaron, por lo que fue asesinado por dos
policías que llevaban años tras su pista. El
día en que José Arcadio murió, Aureliano
se dio cuenta de cuanto lo quería. - Capítulo XVIII
Después de muchos años en Bruselas,
Amaranta Úrsula llega a Macondo con su esposo. Estando
en su casa ella se pudo dar cuenta de cómo
había pasado el tiempo y casi inmediatamente se puso a
arreglar la casa. Apareció con ropa llamativa y
hablando en un tono de voz muy alto que no era lo
acostumbrado en Macondo. Ella poseía una gran
alegría y un gran espíritu, por lo que se
notaba que no había estado en el pueblo durante gran
parte de su vida.Gastón su esposo pensó que la visita a
Macondo era algo temporal, por lo que accedió a
acompañarla. Al principio ni siquiera
desempacó, se limitó a ayudar a Amaranta
Úrsula a arreglar los desperfectos de la casa y a
limpiar un poco. Gastón era por lo menos quince
años mayor que su esposa pero su aire juvenil y
desenfadado recompensaban esto. Los dos se amaban mucho y
eran cómplices en sus locuras.Gastón y Amaranta Úrsula se
habían conocido tres años antes de casarse.
Él la recogía en la escuela y juntos pasaban
mucho tiempo en el club y enfrascados en múltiples
aventuras. Su esposa le había hablado de Macondo como
el lugar más maravilloso de la tierra, y donde ellos
pasarían toda la vida con sus hijos. Por esta
razón el aceptó el viaje pero al paso de los
años él empezó a preocuparse y
desesperarse porque ya no había nada qué
hacer.Aureliano disfrutaba mucho su recién
adquirida libertad. Pasaba mucho tiempo en la librería
donde había hecho varios amigos, que serían lo
únicos que tendría por el resto de su vida.
Juntos hablaban y discutían de muchos temas, y se
pasaban tardes enteras estudiando a los autores más
reconocidos de la época, incluso hacían varias
competencias
para probarse unos a otros. Gabriel era el más cercano
a Aureliano, este lo apreciaba mucho por ser el único
que parecía recordar a Aureliano Buendía y
conocer su historia.Aureliano empezó a sentir una
atracción por Amaranta Úrsula. Al ver que no
podía expresar sus sentimientos, trató de
distraerse con una prostituta del pueblo, Nigromanta, pero lo
único que conseguía era pensar más y
más en Amaranta Úrsula. Aureliano se
mantenía de vender las últimas cosas de valor
que quedaban en la casa y cuando ya no tenía dinero
iba pedir cabezas de pollo para hacer caldos.Aureliano poco a poco fue integrándose a las
comidas familiares. A Gastón esto le gustó y se
quejaba con él de que sus socios tal vez lo estaban
engañando porque había pasado mucho tiempo y no
había recibido el paquete que les encargó.
Aureliano al principio pensaba que Gastón era tonto,
pero con el paso del tiempo se dio convenció de que
era manipulador y perverso.Cuando Amaranta Úrsula supo de boca de
Aureliano lo que sentía por ella, se
escandalizó. Le dijo que se iría a
Bélgica lo más pronto posible y Aureliano se
refugió en el cariño de Pilar Ternera, quien
había pasado por el pueblo y lo había
confundido con Aureliano Buendía. Sin embargo Amaranta
no se fue y al contrario, sucumbió ante las propuestas
de Aureliano - Capítulo XIX
Pilar Ternera murió y su última
voluntad fue que la enterraran sin ataúd, solamente
sentada en su mecedora. Después de esto, las
prostitutas que llegaron al pueblo con ella se dispersaron
como parte de un rito luctuoso. En Macondo la vida
parecía cada vez más difícil. El pueblo
estaba prácticamente abandonado y hasta costaba
trabajo respirar. Parecía estar destinado al
olvido.El dueño de la librería se
regresó a Cartagena. Antes de su partida él se
encargó de dejar como "herencia" sus libros a
Aureliano y sus amigos, y se ocupa de escribirles cada vez
que podía. En su viaje perdió la noción
de la realidad y se dio cuenta de que su pasado en Macondo no
había sido más que un recuerdo efímero y
les recomendó se fueran de ahí lo más
pronto posible. Alfonso, Álvaro y Germán lo
hicieron, sólo se quedaron Gabriel y
Aureliano.Gastón había vuelto a Bruselas con el
pretexto de recuperar el aeroplano que había encargado
a sus socios, desconociendo totalmente el
amorío de Amaranta Úrsula y Aureliano.
Ellos estaban muy felices. Parecían absortos en su
pasión que por poco destruyen toda la casa. No les
importaba nada, ni siquiera que se estuviera cayendo por
culpa de las hormigas que se habían apoderado de
ella.Poco tiempo después Amaranta Úrsula se
embarazó y Gastón nunca más
regresó. Aureliano quería saber de dónde
procedía para estar seguro que no
era hermano de Amaranta Úrsula. Al no encontrar
ninguna pista sobre su origen, decidieron apegarse a la
versión de que lo había encontrado Fernanda
flotando en una canastilla.Eran los únicos sobrevivientes de la familia
Buendía. Ellos se amaban y se hacían
compañía tratando de luchar en contra de la
soledad y los recuerdos que parecían estar destruyendo
la casa.Llegó el día en que nació su
hijo. Tenía los mismos ojos tristes de los
Buendía y sus otras características,
sólo que en él se cumplió la peor
pesadilla de Úrsula, había nacido con una cola
de cerdo. Al principio nadie se preocupó por pensar en
eso que consideraban desaparecería con el paso del
tiempo. Por el parto,
Amaranta Úrsula empezó a desangrarse y los
intentos de Aureliano por controlar la hemorragia fueron en
vano porque perdió tanta sangre que se
murió.Aureliano vagaba con su hijo buscando una manera de
regresar al pasado. Se desesperó tanto y cayó
en la tristeza que se olvidó por completo del
bebé. Cuando recobró la conciencia
lo buscó pero no lo encontró, hasta que se dio
cuenta de que se lo estaban llevando las hormigas y la verdad
de los textos de Melquíades se le reveló como
por arte de magia: "El primero de la estirpe está
amarrado en un árbol y al último se lo
están comiendo las hormigas".Aureliano entonces se dio cuenta de que los textos
de Melquíades eran en verdad la historia de su
familia, contada con 100 años de anticipación y
encontró su destino. Leyó
lo que estaba haciendo y diciendo en ese instante y se vio
atrapado por un viento que lo atrapó en una casa de
espejos y que lo borraría de la memoria
de los hombres.La historia que había sucedido, la de su
familia, era irrepetible:"Porque las estirpes condenadas a
100 años de soledad no tienen una segunda oportunidad
sobre la tierra" (1). - Capítulo XX
García Márquez, Gabriel. "Cien
Años de Soledad". Editorial Diana. México, 2002. - Bibliografía:
- Cita:
(1) García
Márquez, Gabriel. "Cien Años de
Soledad". Editorial Diana. México, 2002. pg.
432.
Adriana M. López V.
México
Junio 2007
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